Deja que te lo explique de otra forma. La mente humana tiende a recordar mejor cosas simples, no complicadas. Piensa cuando te cuentan una historia y tú la tienes que repetir, seguramente no la vas a contar con tantos detalles como te la contaron a ti, te quedas con “lo importante”. Lo mismo pasa con los logos: el consumidor lo ve pero no lo va a recordar todo. Cuanto más simple sea, más fácil será recordarlo, y eso es lo que tú quieres que hagan, que lo recuerden, que se quede en un rinconcito de la mente del consumidor, para que puedan recurrir a ello cuando lo necesiten. Una persona tiene que ver tu logo entre 5 y 7 veces para poder empezar a recordarlo por lo que, además de simple, tienes que ser consistente en dónde y cómo usarlo.
Un buen logo se diferencia de los demás, es práctico, simple, y comunica una percepción, un concepto. Además, deberíamos de ser capaces de poder imprimir el logo en cualquier tamaño, con o sin color.
En diseño, definimos 5 principios que cualquier logo debe cumplir para ser efectivo:
- Simple
- Fácil de recordar
- Atemporal
- Versátil
- Apropiado
Un logo simple es fácil de reconocer y recordar y un logo fácil de recordar va a ser simple. Piensa en la M de la marca Mc Donalds o en los colores de Ikea, si has tardado menos de un segundo en verlos en tu cabeza quiere decir que funcionan. Un logo no debe seguir modas, debe ser atemporal y que pueda ser usado en cualquier época. Tiene que ser versátil, es decir, que lo puedas usar en muchos medios, en redes sociales, impreso, en la web, y no pierda su esencia, que se vea bien, que sea claro, etc. Además debe ser apropiado, debe ser referente a tu audiencia. Cuando digo apropiado, no me refiero a que represente tu producto, sino que tu audiencia se identifique con ese logo. Piensa en el logo de ToyRus, es divertido, infantil, con mucho movimiento, y va dirigido a niños, perfectamente apropiado para su audiencia.